*** DISCRIMINACIÓN POR RAZA O POR COLOR ***

Aristóteles, gran maestro de la filosofía, distinguió dos categorías: Sustancia y accidente.

Sustancia: aquello que existe por sí mismo. Ej.: Cuando decimos "Ese árbol es", le estamos atribuyendo una esencia o ser.

Accidente: aquello que no existe por sí mismo sino que se manifiesta en un soporte o sustancia. Estos accidentes son: cualidad, cantidad, acción, pasión, hábito, situación, relación, lugar, modalidad. Ej.: "Ese árbol es viejo", a la esencia o ser del árbol le estamos atribuyendo un accidente.

Estos dos conceptos aristotélicos nos pueden ayudar mucho para comprender lo que es el ser humano y si es posible o no, hablar de diferentes clases de personas.

En todos los hombres la sustancia, es decir, lo esencial, lo que hace que algo “es” se encuentra en la humanidad. Es decir, todos los hombres poseemos la misma dignidad. La esencia en todos es la de ser “personas” y, por tanto, la misma naturaleza.

Cada una de las personas son “únicas” e “irrepetibles” y los accidentes, es decir, lo que acompaña al ser humano, es lo que hace a cada uno tan personal, diferente; pero con la misma dignidad. Los accidentes se referirán al color de piel, nacionalidad, aspecto físico, capacidades, pensamientos, etc.

Entonces, teniendo en cuenta, que la esencia en todos es la misma, llegamos a la conclusión que la discriminación por raza o color es un invento humano, no es propio a la naturaleza, ni la esencia humana.

Amigos, volvamos a lo natural, a aquello que nos dignifica y nos hace humanos; y erradiquemos lo que aliena y distorsiona al hombre: los prejuicios, las etiquetas, los hechos discriminativos.

Jorge