Distintas Actitudes frente al extranjero

Cuando decidí dejar mi país para establecerme en Canadá uno de mis primeros temores fue como se sentirían mis hijos en su nuevo ambiente. No podía dejar de recordar que en la Argentina, en el colegio y en la vida cotidiana, los hijos de los extranjeros no tenían nombre: eran “el gallego” “el tano” “el turco”, “el ruso”, “el ponja”, el gringo” “el bolita” “el chilote”, “el paragua” y un largo etcétera en función de las nacionalidades (cuando no de las provincias de origen). Y no siempre eran apodos con connotaciones cariñosas sino más bien lo contrario.

Después de 4 años en el sistema educativo canadiense mis hijos (hoy de 8,14 y 17 años) jamás percibieron ningún menosprecio por su origen, ni siquiera por su acento o pronunciación (debieron aprender una nueva lengua).

Porque esta diferencia de actitudes frente al extranjero?

Canadá es un país apenas un poco mas joven que la Argentina y como el nuestro se construyó y se construye con la inmigración.

Ciudades como Toronto o Montreal tienen una población de origen inmigrante (quiero decir inmigrantes y primera generación de nacidos en Canadá) de casi el 50%.

Asiáticos y africanos, latinoamericanos o europeos. Cristianos y musulmanes, sikhs, o ateos. Homo y heterosexuales. Universitarios y analfabetos. Inmigrantes independientes y refugiados. Fenómeno se va extendiendo en las ciudades más pequeñas del interior.

Y siempre con una relativa armonía entre locales y extranjeros.

Como logran esto?

1. Con una población educada (libre y gratuitamente) a lo largo de decenios en el valor de los propios derechos y obligaciones, pero también en el respeto del derecho de los demás.
2. Con una población educada en la solidaridad que esta dispuesta a pagar altísimos impuestos (cada uno en la medida que puede) que en parte servirán para sostener a miles de refugiados de diversos países que han tenido menor suerte que ellos en la vida.
3. Con una población que como no se cree que es la mejor del mundo, esta abierta y dispuesta a recibir como enriquecedor el aporte cultural de otras comunidades,
4. Con una población que elige y controla a sus gobernantes sin dejarse sobornar por regalos y prebendas, gobernantes que saben que están al servicio real de sus conciudadanos, que definen políticas de estado, como la de inmigración, que van mas allá del partido político de turno que gobierne.
5. Con una población que no esconde los problemas que implican vivir en una sociedad multicultural, que los pone sobre la mesa y que los discute con una alta participación ciudadana. (últimamente buena parte de los noticieros estuvo dedicada a una Comisión que se dedico a investigar a través de audiencias publicas en todo el país, hasta donde eran razonables los acomodamientos que la sociedad debía realizar en la aceptación de otras culturas)

Daniel B.

Nota: Daniel es un amigo que hace cuatro años se radicó con su familia en Canadá y a pedido personal escribió estas líneas. Gracias Daniel por tu valioso aporte. Un abrazo hermano.