América Latina, presa de prejuicios contra homosexuales, una discriminación latente contra pacientes de VIH-sida y problemas en la distribución de medicamentos para la enfermedad.
En Perú, un gran porcentaje de los enfermos de VIH-sida aseguran ser víctimas de discriminación, pero se niegan a denunciarlo por temor al escándalo y a un mayor rechazo.
En Panamá confidencialidad de los pacientes de VIH-sida se ve seriamente lesionada, paradójicamente, por el mismo personal del sector salud.
En Venezuela y El Salvador, organizaciones de la sociedad civil han denunciado la realización de pruebas de VIH-sida en empresas sin el consentimiento de los empleados, lo que es seguido de despidos.
En Brasil, los prejuicios se acentúan entre los más pobres y se sabe de enfermos que han sido expulsados de las favelas donde vivían por narcotraficantes.
En México, que cuenta con una ley de acceso gratuito a tratamientos contra el sida, las autoridades de salud denuncian que los laboratorios les venden los fármacos hasta cuatro veces más caros que al resto de la región.
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